Curiosa la patente que permitía armar en corso a un súbdito del Rey. Se detallaba el nombre del navío, su porte, número de cañones y pedreros, así como las demás armas y municiones. La Embarcación estaba obligada a llevar la Bandera de las Armas de España y, en caso de apresamiento de buques ingleses y otros enemigos de la Corona había de regirse por las normas del corso y las ordenanzas y establecimientos reales.
En nombre del monarca como Almirante General de todas las Fuerzas Marítimas de España, y de las Indias, y Protector del Comercio, firmaba la carta don Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada. Gran valedor de la Armada, impulsor de la Flota, los Astilleros y los Arsenales. Ferrol le debe su desarrollo, el traslado de la Base de la Graña al Arsenal de Ferrol y a los Reales Astilleros de Esteiro. Y con ellos la creación del Nuevo Poblado de La Magdalena. Esto se producía allá por la mitad del siglo XVIII.
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