He querido rescatar una fotografía de los primeros años 60. Simboliza uno de los grandes valores de esta compañía. El edificio principal diáfano, transparente, que invita a ver el proceso industrial del embotellado. Diseño de Albalat y Tenreiro, una obra maestra de arquitectura industrial. Y delante el "omnibús" con el que se llevaba a los coruñeses desde Méndez Núñez hasta la fábrica, para que pasaran una tarde agradable y conocieran las excelencias del refresco chispeante. De nuevo una práctica de transparencia, de claridad, de apertura y explicación de un proceso industrial hacia todos los consumidores.
Espero que esta práctica junto a todos los grandes valores que configuran la cultura de una de las grandes marcas mundiales, puedan mantenerse y trasladarse a las siguientes generaciones.
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