Es una de las pocas fuentes que se salvan de la "humillación de quedarse sin agua" en Ferrol. Fue una donación del industrial Romero a la ciudad a principios del siglo XX, en pleno auge del modernismo francés, de donde vino. Hay muchas fuentes wallace en París y Barcelona. Y ésta en Ferrol. Que la Razón mantenga los escasamente ilustrados cerebros de los políticos actuales y permita que la fuente pueda ser disfrutada por las generaciones venideras.
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